CÓMO CUIDAR LA PIEL DESPUÉS DEL VERANO

El verano es la estación del año más divertida, pero no nos olvidemos de que a parte de los muchos beneficios que tiene exponerse al sol, también hay efectos nocivos, y lo más probable es que tras esos hermosos días soleados nuestra piel se encuentre reseca, opaca y deshidratada.

Todos sabemos que antes de la exposición solar hay que usar fotoprotección alta de +50. En caso de quemadura de la piel (eritema, rojez, ardor), la mayoría de nosotros acudimos a la farmacia a buscar un producto para después del sol, que nos ofrezca una solución y alivio inmediato, pero ¿y qué pasa cuando me expongo al sol pero no me quemo?, ¿debo vigilar mi piel también? ¿Sabes cómo mantenerla a punto?

Desde SÍsinVello queremos dar algunos consejos para que tu piel luzca radiante y, por supuesto, sana.
El éxito de tener la piel luminosa y joven está en mantener una alimentación adecuada y en la hidratación del cuerpo por dentro y por fuera.

Las pieles secas son las que más sufren en verano, ya que el viento y el sol son los que provocan una mayor sequedad y aumentan el aspecto de la piel envejecida. Lo ideal para una piel seca es una buena exfoliación y así poder nutrir e hidratar en profundidad. Exfoliar tu piel es lo mejor que puedes hacer para reparar la acción dañina del sol, además de estimular la producción del colágeno, una proteína responsable del grado de firmeza y elasticidad de la piel. Esta práctica consiste en retirar bien la suciedad y eliminar las células muertas acumuladas durante el verano, aplicando un agente que actúe de exfoliante con unos suaves masajes y movimientos circulares. Los ácidos de las frutas son muy beneficiosos para la recuperación de la textura y la firmeza. Los expertos recomiendan usar exfoliantes con agentes hidratantes y suaves al contacto con la piel. Con esto conseguirás que la piel recupere el brillo y absorba mejor los productos que apliques después para la regeneración celular.

La hidratación es la segunda fase más importante. El uso de una buena crema o aceite hidratante después de tomar el sol es indispensable para garantizar su salud y belleza. Las cremas más efectivas son aquellas que contienen ingredientes naturales como el aceite de oliva, coco, aloe vera, manteca de karité o aceite de almendras, entre otros, ya que no maltratan tu piel y le devuelven un aspecto saludable.
Si tu piel necesita una nutrición profunda porque es muy seca o ha sufrido mucho durante el verano, usa mascarillas de aceites nutritivos corporales o faciales. La mascarilla es mejor aplicarla por la noche y en otros momentos de relax.

Tanto durante las exposiciones al sol como después, estar hidratado y beber mucha agua es fundamental para mantener la piel sana y cuidada. También puedes consumirlo en zumos, frutas, tés, infusiones, caldos o sopas, para darle un toque más de sabor. Al beber mucha agua y otros tipos de líquidos, la dermis permanece hidratada y suave.

La alimentación rica en vitaminas y minerales aporta elementos esenciales a la nutrición de la piel. Incluir suplementos vitamínicos en la dieta haciendo hincapié en las Vitaminas A, D y E tienen los efectos rejuvenecedores y reconstituyentes de la piel.

El sueño influye no sólo en nuestro estado de ánimo y nuestro rendimiento, si no también en el aspecto de nuestra piel. Dormir al menos 8 horas te ayudará a regenerar la piel, estar más descansado, relajado y a sobrellevar mejor la vuelta de las vacaciones.
Más allá de los autocuidados, si detectas algún cambio en la piel, ya sea la textura, el color, algún lunar o una mancha anormal, consulta cuanto antes con tu médico de confianza.

Y ahora ya que conoces estos importantes tips no los dejes pasar y siente tu piel como nueva.